viernes, 13 de abril de 2012

ENSAYO SOBRE EL CODIGO DE ETICA DEL PODER JUDICIAL

Cuántas veces hemos escuchado noticias sobre jueces y trabajadores judiciales , en las que se les acusa de practicar actos de corrupción en el aparato judicial, ya sea favoreciendo con resoluciones de motivación dudosa a sus familiares, o a grandes grupos de poder como empresarios o congresistas,  así como también aplazando juicios  sin motivo alguno, generando una excesiva carga procesal y lentitud en la administración de justicia,  y  en donde la única víctima es el pobre administrado, que es el que padece por las malas prácticas de estos funcionarios judiciales cuyo fin supremo es administrar justicia de manera rápida, eficaz  y sobre todo imparcial.

Que puedo decir sobre el código de ética del poder judicial, en mi opinión es un código con buenas directrices, y muy especifico con respecto a las cualidades morales  que deben tener   los jueces y en aplicación extensiva, los demás funcionarios judiciales, los cuales apoyan en la labor de administrar justicia, como bien lo indica el CEPJ “el juez debe actuar con honorabilidad y justicia, de acuerdo al Derecho, de modo que inspire confianza pública en el Poder Judicial, el juez debe evitar la incorrección, exteriorizando probidad en todos sus actos. En la vida social, el Juez debe comportarse con dignidad, moderación y sensibilidad respecto a los hechos de interés general. En el desempeño de sus funciones, el Juez debe inspirarse en los valores de justicia, independencia, imparcialidad, integridad y decencia”. Como señala este código, la justicia, independencia, imparcialidad, honestidad  e integridad  ética,  deben manifestarse en la transparencia de sus funciones públicas y privadas, es decir no solo deben ser personas morales en su trabajo, el fin del código va mas allá, deben ser personas intachables en todos los aspectos de su vida (privada, familiar, etc), porque de que valdría un juez que es excelente en su trabajo y con un amplio conocimiento legal, cuando es una persona que tiene una vida libertina y escandalosa, podríamos confiar en alguien así, personalmente yo nunca.

Entonces  me hago las siguientes preguntas: ¿Qué sucede con nuestro aparato judicial?, ¿Porque es tan difícil poner en práctica valores tan sencillos como la honestidad y la imparcialidad?, ¿A quién le echamos la culpa al comité de ética del poder judicial por no ser severo en la práctica, con quienes cometen actos de corrupción o  al administrado que también es cómplice de esta lacra?, después de mucho reflexionar, me respondo, todo está en uno mismo, en la capacidad de discernir lo que es bueno y malo, en la responsabilidad que tenemos con nuestra sociedad,  pues pueden haber normas excelentemente redactadas y  que persiguen fines buenísimos, pero mientras vivamos en un país en el que la inmoralidad es algo normal  y en donde las noticias sobre actos de corrupción de jueces, funcionarios públicos y administrados es pan caliente de los diarios, mientras no exista conciencia moral y social en los peruanos, siempre viviremos en un país en el que la palabra Justicia, será una palabra que solo se utiliza en los cuentos de hadas.

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